lunes, 24 de agosto de 2020

Amando en verso

El nido de amor
era un castillo
donde la princesa
asomaba el pelo
cuando se tiraba
a la leonera
y venía el hombre
príncipe en sus sueños
a salvar la última
brisa de su aliento.

Lloraba abrazada
a su recio cuerpo.
¡Aquel era un príncipe!
Mira como tiemblan
los leones bravos
que un Rey malvado
dejó tras su marcha
detrás de las faldas
de la bruja mala.

Besaba al príncipe
y se despertaba
en brazos del ogro
que la maltrataba
con los decibelios
de altos ronquidos...

Mejor era ser
princesa y soñarse
besando al príncipe
que la rescataba
del foso de fieras...

Volvió a liberarse
del hombre ronquidos,
rey de las resacas,
y corrió a esconderse
en otra alcoba
bajo cuatro llaves.




domingo, 23 de agosto de 2020

Amando en verso

Algún día te quise
y me quisiste
para ser la madre
de tus tres hijos.

Nos reíamos juntos,
después reñíamos
como dos enamorados
que miran hacia fuera
y empiezan a odiarse.

Un día desperté
y te ví muy lejos
con otras mujeres
en lista de espera.

No quise llamarte
porque ya no eras
el hombre que reía
cuando era inocente
y que me enseñaba
con paciencia los placeres.

Eras un viejo
de color verde
que hacía reír a la gente
en un circo de hembras.




sábado, 22 de agosto de 2020

Mi Quijote

No sé cuando me vestí
de dulce Dulcinea,
pero sé que te vi
a ti, Quijote tierno,
acercando tus pasos
a mi verde universo.

Bajaste del caballo
tan alto como eras
y fuiste reducido
a casi metro y medio
cuando medí tu cuerpo
con mi cuerpo de cerca.

¿Serías don Quijote?...
Sancho Panza no eras.
Vi tu espada cortando
la hierba dulcemente
mientras casi besaba
mi mano tu aliento.



Quieres regresar a la política
llevándome de escudera
y dejando a Sancho Panza
entre niños con chupetes.

Yo seré la economista
que revolucione el Reino
con las cuentas que no cuadran
por ser cuentas de la vieja.

Reduciré tanto el gasto
como me pidas, mi jefe,
y dejaré en la hucha
del cerdito dos monedas
para tirarlas al aire
con el gesto de la suerte.

Ya casi me imagino
manifestaciones serias
ante el chalé que habito
cuando como tú yo sueño.

Quijote, querido mío,
¿seré yo tu Dulcinea?...
Has encontrado soñando
a la mujer de tus sueños.

Temo, Quijote querido,
que despiertes y me veas
cortando esa espada
con mis dientes de cigüeña.

Traeré a todos los niños
de París que nadie quiere
para vivir como príncipes
en la abundancia eterna.

Quijote, mira mis manos:
no son manos de una Reina.
Son las manos proletarias
que luchan para vencer
las injusticias que tienen.




¿Sigues pensando, Quijote,
en mí para el Ministerio?
¿No irás tras ese Sancho
cuando veas mi gobierno?...

Yo creo que no conoces
a la bella Dulcinea,
la dama que has elegido
para levantar tu Reino.

Loas mucho al monarca,
ves un futuro sin remos,
te sobran tantos políticos
como los cuentan tus dedos.

Me pides un presupuesto
para que no haya pobreza
y se multiplican pobres
sin trabajo y sin nevera.

La Economía se viste
de infinito en el quiero
mientras se vuelve finito
el tengo para los quiero.

Qijote, querido mío,
no quiero ser Dulcinea.
Prefiero el Paleolítico
y al Adán adolescente.

Tu barba casi me aleja
de noches de luna llena
mientras caigo en el sueño
con Adán en mi cabeza.

Quijote, amigo mío,
el amor es muy incierto
cuando yo soy el gobierno
de las cuentas de Hacienda.



jueves, 6 de agosto de 2020

No quiero limosnas

1
Los pobres no andamos
sobrados de pasta
ni hacemos fiestas
como los que ganan
millones al año.

Vamos con los céntimos
contados al súper,
comemos midiendo
de lunes a lunes
los arroces justos.

Buscamos la ropa
en esos rincones
que el fondo de armario
siempre nos esconde
para los momentos
de estreno de viejos
modelos de modas
que fueron las últimas.

Yo soy de esos pobres.
Los otros, yo no los conozco.
Sólo sé de gente
digna en la lucha
de la vida dura.

Yo soy de los pobres
que no se arrodillan
ante la limosna.
Mi pan yo lo pago.
No quiero limosnas.

2
Os pobres nos temos
cartos para farras.
Contamos os céntimos,
xantamos a fame,
pero aída pagamos
no supermercado.

Non sei doutros pobres.
Coñezo os que calan
o prato valeiro
e tiran cara adiante.

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Día de San Valentín con flores robadas

Éramos tan jóvenes como la adolescencia y olíamos a chicle y a colonia baby. Aprendimos a besarnos en los recreos del instit...