miércoles, 30 de diciembre de 2020

Olía a mí

Me dijiste que olía a mí
y abrí el paquete.
Era lo de siempre.
Un perfume.
Gracias.
¿No es cierto? insististe.
Cierto. Huele a mí.
Es lo de siempre:
el perfume que compro
cuando quiero oler
a mí como siempre.
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lunes, 21 de diciembre de 2020

Navidades diferentes

Esta Navidad es tan diferente
que no entiendo como
la gente come el turrón de siempre.
Yo lo veo, indiferente,
y dejo que lleven
todas las tabletas.
Hoy he descubierto agotadas
las existencias de polvorones.
El turrón se acaba también,
me comentó una señora.
No dije nada. Callé.
La señora cogió tres tabletas
y dejó la última tableta
de turrón blando por si yo
quería endulzar mi Navidad diferente.
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domingo, 20 de diciembre de 2020

Navidades diferentes

Me imagino feliz en un convento,
rezando a un Dios omnipotente,
haciendo dulces y recetas
que viene a comprar
la gente buena.
También sería una Navidad diferente:
sin supermercados, sin calles con luces;
sólo con cristianos rezos.
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domingo, 13 de diciembre de 2020

Amando en verso

Dime, te pregunté,
por qué yo no soy 
la empleada elegida.
Me dijiste que había
infinitos posibles
para el puesto y yo era
una más, no distinta.
Marché sin un portazo
que hoy yo te daría
después de una noche
mirando las estrellas
que brillan sin la mía.
¿Por qué no hay un trozo
de cielo para esta
estrella descosida
de un mundo de alturas
en el que no habito?
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viernes, 4 de diciembre de 2020

Amando en verso

​Hoy no escuché tu voz
ni escuché tus sueños
hasta soñar lo mismo
y contagiarme entera
con ese entusiasmo
de niño adolescente...
Hoy todavía me falta
tu voz de viejo sabio
pegada a mi oreja.
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sábado, 28 de noviembre de 2020

Amando en verso

Hoy llegué con mi maleta
de corazones infinitos
a tu puerta celeste.
Abriste. Te reíste.
Me dijiste entra.
Entré y olí
una paella de arroz
regado con nieve.
Me senté en tu regazo.
Me diste un beso.
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Amando en verso

Había sido el novio
de la modelo más guapa
y triunfó en la playa
enseñando su cuerpo
comprado en un gimnasio.
Eran otros tiempos,
recuerda, soñando,
con la boda
en Sierra Nevada,
la luna de miel en Cancún,
el suegro ludópata,
la suegra tacaña,
un cuñado que lo envidió,
la cuñada siempre enfadada.
La modelo se le fue un día
diciendo te quiero
a su mejor amigo
y él se quedó
sólo consigo mismo
contando el precio
del divorcio en dólares.
Así es la vida. Así
es soñar y vivirlo.
Yolanda Smith
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sábado, 21 de noviembre de 2020

Mujeres empoderadas

Lo tengo todo
te dije el día que volviste
solicitando mi perdón
de esposa sufridora.

Lloraste
como lloran los hombres
y maldijiste el momento
en que besaste a otra.

Me reí.
Empoderada. Fuerte.
No te necesitaba.
Lo tenía todo.
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miércoles, 18 de noviembre de 2020

Herencias

1

Recogía higo a higo
eñ fruto de la higuera
que plantó un ascendiente
de su millonaria suegra.

Silbaba mientras caían
en su bolsa higos tiernos
más dulces que el azúcar
con el que untan los dedos
los niños cuando les dejan.

Él no había plantado
aquella frondosa higuera,
pero llevaba en su bolsa
lo mejor de la cosecha.

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2
Heredará una casa,
dos montes y una higuera,
la finca donde pacía
una rubia muy risueña.

Llevará también la finca
que no le gusta al yerno
marido de una hija
digna de un terrateniente.

La hija de don Alonso
va por la calle diciendo
lo mucho que hereda ella
por ser hija de un señor
millonario en sus miserias.
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martes, 17 de noviembre de 2020

Las brujas

Algún día creo que te he dicho
que tengo miedo
y no quisiste creer
lo que es mi miedo.
Son las brujas.
Ellas.
Las culpables de este miedo
que recorre mi cuerpo
con su lengua de sapo
haciendo eses.
No quiero volver a decir
tengo miedo.
Por eso tengo que escribirlo 
ahora cuando aún 
soy valiente.
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sábado, 31 de octubre de 2020

Amando en verso

Cabalgamos el tiempo
cuando caía el sol
y tropezamos juntos
en el mismo colchón.
(Tú dormías arriba.
Abajo soñé yo)
Caímos por el páramo
de la incomprensión
y los gritos salieron
del colchón al salón.
(Tú marchaste gritando.
Callando quedé yo)
Regresaste sin ganas
de pedirme perdón
y yo estaba ensayando
un no a tu perdón.
(Hiciste la maleta
y no dijiste adiós)
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sábado, 3 de octubre de 2020

Amando en verso

He abierto hoy la puerta
y encontré los claveles
que traía un buen mozo
enseñando la tarjeta
donde estaba tu nombre
en letras negras muy negras.

¿Cómo piensas que te amo?
La distancia es inmensa.
Yo cumplí los veinte años
rodeada de doncellas
y tú peinas tantas canas
como una calavera.

Dejo fuera los claveles
para que el otoño muera
entre los pétalos rojos
y el invierno que llega.
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viernes, 25 de septiembre de 2020

Engaño

 
Me engañaste
como engaña el lobo
a Caperucita.

​Tus dientes infantiles
son dientes de adulto
con cara aún de niño.

​Hoy yo me llamo tonta
por haberte creído
y correr a decir
que el amor existía.

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jueves, 24 de septiembre de 2020

Primas


Un día, y dos, y tres, y muchos
fuimos dos primas
que jugábamos a odiarnos
cuando no nos decían
jugad y ser felices.

Yo era la niña rica,
con los padres perfectos,
los vestidos bonitos,
un bolso que comprara
mi madre a mi medida,
calzaba los zapatos
que tú nunca tenías,
jugaba con muñecas
mientras tú maldecías
tu ausencia de juguetes
de los Reyes Olvido.

Tú eras la niña rica
en amores familiares:
mi madre te adoraba,
unos abuelos daban
el cariño a raudales,
los vecinos querían,
los parientes amaban.

No sé cuando cruzamos
la primera mirada
odiando y odiándonos.

Seguro que fue entonces
mientras mamá adoraba
a su sobrina pobre
como a un mesías
que tanto merecía
y no tenía nada.

Un día fuimos primas.
Hoy ya no somos nada.
Tú diste el mal paso.
Yo la puerta he cerrado.

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Yolanda Smith



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Amigas

 
Hacía años que no te veía,
pero no había olvidado tu alegría.
Sigues igual: sonriente, optimista;
y no me digas que también
tienes momentos tristes
porque sabes que yo
ya no cuento los míos.

Un día te llamé
diciéndote estoy triste
y no supiste hacer
un hueco a una amiga.

Me dolió la respuesta.
Yo había sido amiga
en los malos momentos,
en tus momentos tristes.
Fui amiga en las fiestas.
Fui amiga en los días
en los que tu cielo era
tormenta de apocalipsis.

Aún así me alegro
de que seas la misma
mujer que contagiaba
siempre su alegría.

Yo ya nada te digo,
ni siquiera saludo
cuando cruzas tus pasos
en mi duro camino.

Me dijiste muy claro
que no escuchabas tristes
relatos de mi vida
cuando llegué al capítulo
de llorar por mi madre
y tú no lo entendiste.
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miércoles, 16 de septiembre de 2020

Yo creía en mí

​Hubo un día, lejano,
en el que creí en mí.
Creía que podría
brillar si yo quería,
y que habría un sitio
para sentir la dicha
de tener para mí
una única silla.

Yo creí en el amor,
en la familia,
en un barrio que fuera
mi barrio de acogida.
en mis padres creía.
A mi madre quería.

Hubo un día en que 
era yo la alegría.
Me miraba al espejo
y el espejo reía.

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Yolanda Smith
Poeta


lunes, 24 de agosto de 2020

Amando en verso

El nido de amor
era un castillo
donde la princesa
asomaba el pelo
cuando se tiraba
a la leonera
y venía el hombre
príncipe en sus sueños
a salvar la última
brisa de su aliento.

Lloraba abrazada
a su recio cuerpo.
¡Aquel era un príncipe!
Mira como tiemblan
los leones bravos
que un Rey malvado
dejó tras su marcha
detrás de las faldas
de la bruja mala.

Besaba al príncipe
y se despertaba
en brazos del ogro
que la maltrataba
con los decibelios
de altos ronquidos...

Mejor era ser
princesa y soñarse
besando al príncipe
que la rescataba
del foso de fieras...

Volvió a liberarse
del hombre ronquidos,
rey de las resacas,
y corrió a esconderse
en otra alcoba
bajo cuatro llaves.




domingo, 23 de agosto de 2020

Amando en verso

Algún día te quise
y me quisiste
para ser la madre
de tus tres hijos.

Nos reíamos juntos,
después reñíamos
como dos enamorados
que miran hacia fuera
y empiezan a odiarse.

Un día desperté
y te ví muy lejos
con otras mujeres
en lista de espera.

No quise llamarte
porque ya no eras
el hombre que reía
cuando era inocente
y que me enseñaba
con paciencia los placeres.

Eras un viejo
de color verde
que hacía reír a la gente
en un circo de hembras.




sábado, 22 de agosto de 2020

Mi Quijote

No sé cuando me vestí
de dulce Dulcinea,
pero sé que te vi
a ti, Quijote tierno,
acercando tus pasos
a mi verde universo.

Bajaste del caballo
tan alto como eras
y fuiste reducido
a casi metro y medio
cuando medí tu cuerpo
con mi cuerpo de cerca.

¿Serías don Quijote?...
Sancho Panza no eras.
Vi tu espada cortando
la hierba dulcemente
mientras casi besaba
mi mano tu aliento.



Quieres regresar a la política
llevándome de escudera
y dejando a Sancho Panza
entre niños con chupetes.

Yo seré la economista
que revolucione el Reino
con las cuentas que no cuadran
por ser cuentas de la vieja.

Reduciré tanto el gasto
como me pidas, mi jefe,
y dejaré en la hucha
del cerdito dos monedas
para tirarlas al aire
con el gesto de la suerte.

Ya casi me imagino
manifestaciones serias
ante el chalé que habito
cuando como tú yo sueño.

Quijote, querido mío,
¿seré yo tu Dulcinea?...
Has encontrado soñando
a la mujer de tus sueños.

Temo, Quijote querido,
que despiertes y me veas
cortando esa espada
con mis dientes de cigüeña.

Traeré a todos los niños
de París que nadie quiere
para vivir como príncipes
en la abundancia eterna.

Quijote, mira mis manos:
no son manos de una Reina.
Son las manos proletarias
que luchan para vencer
las injusticias que tienen.




¿Sigues pensando, Quijote,
en mí para el Ministerio?
¿No irás tras ese Sancho
cuando veas mi gobierno?...

Yo creo que no conoces
a la bella Dulcinea,
la dama que has elegido
para levantar tu Reino.

Loas mucho al monarca,
ves un futuro sin remos,
te sobran tantos políticos
como los cuentan tus dedos.

Me pides un presupuesto
para que no haya pobreza
y se multiplican pobres
sin trabajo y sin nevera.

La Economía se viste
de infinito en el quiero
mientras se vuelve finito
el tengo para los quiero.

Qijote, querido mío,
no quiero ser Dulcinea.
Prefiero el Paleolítico
y al Adán adolescente.

Tu barba casi me aleja
de noches de luna llena
mientras caigo en el sueño
con Adán en mi cabeza.

Quijote, amigo mío,
el amor es muy incierto
cuando yo soy el gobierno
de las cuentas de Hacienda.



Día de San Valentín con flores robadas

Éramos tan jóvenes como la adolescencia y olíamos a chicle y a colonia baby. Aprendimos a besarnos en los recreos del instit...