lunes, 24 de agosto de 2020

Amando en verso

El nido de amor
era un castillo
donde la princesa
asomaba el pelo
cuando se tiraba
a la leonera
y venía el hombre
príncipe en sus sueños
a salvar la última
brisa de su aliento.

Lloraba abrazada
a su recio cuerpo.
¡Aquel era un príncipe!
Mira como tiemblan
los leones bravos
que un Rey malvado
dejó tras su marcha
detrás de las faldas
de la bruja mala.

Besaba al príncipe
y se despertaba
en brazos del ogro
que la maltrataba
con los decibelios
de altos ronquidos...

Mejor era ser
princesa y soñarse
besando al príncipe
que la rescataba
del foso de fieras...

Volvió a liberarse
del hombre ronquidos,
rey de las resacas,
y corrió a esconderse
en otra alcoba
bajo cuatro llaves.




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