Abro la nevera y encuentro
más frías que el océano las pieles
de las patatas que acabaron
en las tortillas de la mesa.
Los cerdos las hubieran devorado.
Los hombres no las hubieran querido.
Las mujeres que allí estábamos
tampoco las quisimos...
Estuvieron las pieles tan expuestas
cargadas de sal y de aceite
que casi las manos las cogieron
para morder el despojo del tubérculo.
Aquello era altísima cocina,
la cocina del desperdicio selecto,
la locura en un diez por ciento,
el absurdo marinado al dente.
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¿Cansada de tomar medicinas? Debes seguir tomando los medicamentos que te prescribe el médico, pero también debes saber que ha... supermercadosgalicia.blogspot.com |
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